Los neumáticos usados suponen un grave problema ambiental, porque la naturaleza no es capaz de asimilar por sí misma los componentes altamente contaminantes que los componen. Por eso es fundamental reciclarlos. Anualmente se desechan, sólo en España, más de 300.000 toneladas de neumáticos que es necesario recoger, gestionar y reciclar de manera correcta.
La otra cara -positiva en este caso- de la moneda son los importantes avances en materia de I+D+i que se han producido en los últimos años para crear nuevas aplicaciones utilizando este residuo: hoy es posible transformarlo en aislantes acústicos, carreteras ecológicas, guardarraíles, pistas de atletismo, parques infantiles, y hasta vías de metro o biogás, pasando por calzado o complementos de moda y decoración.
Se estima que un neumático, una vez usado, si no se gestiona y recupera correctamente, puede tardar más de mil años en desaparecer. Según cifras del Sistema Integrado de Gestión (SIG) TNU (Tratamiento de Neumáticos Usados) en España, cada año se desechan más de 300.000 toneladas de este producto compuesto mayoritariamente por goma, acero y material textil que debe separarse para su reciclado.
Todavía existen por todo el país verdaderos ‘mares negros’ que albergan miles de toneladas de neumáticos usados con un alto riesgo de incendio, a lo que se une el hecho de ser un importante foco de contaminación.
Por su parte, Signus -el principal SIG del sector por número de empresas adheridas, 317, y creado en 2005 a iniciativa de los principales fabricantes de neumáticos- trabaja precisamente para que estos fabricantes, importadores y productores cumplan con las obligaciones establecidas en el Real Decreto 1619/2005: entre ellas la de elaborar y presentar un Plan Empresarial de Prevención de Neumáticos Fuera de Uso con el fin de minimizar los impactos al medio ambiente. Según esta ley, todo productor “está obligado a gestionar una cantidad de neumáticos fuera de uso hasta la cantidad puesta por él en el mercado de reposición”.
Este plan empresarial de prevención busca además, identificar mecanismos concretos que alarguen su vida útil del neumático y faciliten su reutilización, reciclado y valorización. En total se establecen 16 medidas, aplicadas a lo largo de las cuatro fases de vida del neumático: diseño, producción, distribución y consumo.
El papel de los Sistemas Integrados de Gestión en este caso es encargarse de que los neumáticos usados se traten adecuadamente, desde que se generan hasta el final de su vida útil, para que dejen de ser un residuo y se conviertan en un material con valor gracias al desarrollo de nuevas aplicaciones y nuevos mercados.
En el caso de Signus, todo este sistema se financia a través de lo que denominan ecovalor, el precio que paga el productor (empresas adheridas) a Signus para garantizar la correcta gestión ambiental del neumático ya usado en el momento de ser sustituidos por otro. Este precio es el mismo que productores y distribuidores repercuten en toda la cadena de valor hasta el consumidor final.
Bridgestone, Continental, Goodyear, Michelin y Pirelli son las cinco compañías impulsoras y socios fundadores de Signus, y todas poseen el mismo número de participaciones sociales, formando el órgano de administración de la entidad. Pero, como empresa adherida, es posible formar parte de un SIG para cualquier compañía que ponga en el mercado español neumáticos de reposición (productores).