La Comisión Europea publicó, en septiembre de 2011, la “Hoja de ruta hacia una Europa eficiente en el uso de los recursos”, en la que expone las bases por las que se transformará la economía europea en una economía sostenible para el año 2050.

La Comisión argumenta que Europa ha disfrutado de muchas décadas de crecimiento en términos de prosperidad y bienestar a base de un uso intensivo de los recursos. De hecho, a lo largo del siglo XX la utilización de combustibles fósiles en el mundo se multiplicó por doce, y la extracción de recursos materiales, por treinta y cuatro. Las tendencias apuntan al final de una era en la que los recursos eran abundantes y baratos, las fuentes de minerales, metales y energías, así como las reservas pesqueras, la madera, el agua, los suelos fértiles, el aire limpio, la biomasa y la biodiversidad están bajo presión. Si seguimos al mismo ritmo, para el año 2050 necesitaremos el equivalente a dos planetas para hacer frente a nuestras necesidades.

El sistema económico europeo sigue fomentando el uso ineficiente de los recursos, por lo que en la hoja de ruta se define el marco estratégico para hacer que en 2050 la economía de la UE crezca de forma respetuosa con los límites del planeta, proporcionando un elevado nivel de vida con un impacto medioambiental mucho menor.

En la hoja de ruta se marca el siguiente objetivo en cuanto al “consumo y producción sostenible”: “En 2020, los ciudadanos y las autoridades públicas contarán con los incentivos adecuados para elegir los productos y servicios más eficientes en el uso de los recursos, gracias a unas señales de los precios adecuado y a una información medioambiental clara. Sus decisiones de compra animarán a las empresas a innovar y a suministrar bienes y servicios que impliquen un uso más eficiente de los recursos. Se habrán fijado normas sobre el rendimiento medioambiental mínimo a fin de retirar del mercado los productos más ineficientes en el uso de los recursos y que más contaminen. Habrá una gran demanda de productos y servicios más sostenibles por parte de los consumidores”.

Sobre la “conversión de los residuos en recursos”, la hoja de ruta establece el siguiente objetivo: “En 2020, los residuos se gestionarán como recursos. Los residuos per capita registrarán un marcado descenso. El reciclado y la  reutilización de los residuos serán opciones económicamente atractivas para los operadores públicos y privados, ya que la recogida selectiva estará muy extendida y se habrán desarrollado mercados funcionales para las materias primas secundarias. Se reciclarán más materiales, incluidos los que tengan un impacto significativo sobre el medio ambiente y las materias primas fundamentales. La legislación sobre residuos se aplicará en su totalidad. Se habrá erradicado el transporte ilegal de residuos. La recuperación de energía se limitará a los materiales no reciclables, se habrá eliminado prácticamente la descarga en vertederos y el reciclado de alta calidad estará garantizado”.

La hoja de ruta considera tres sectores clave en la estrategia sobre la eficiencia de los recursos: Alimentación, vivienda y movilidad eficiente, en los que marca unos objetivos intermedios para maximizar las sinergias en esta iniciativa.

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